A través de los días y las noches,
busco la calma en mi alma.
En el caos del mundo, busco el orden,
en la oscuridad, la luz del razonamiento.
No me dejo arrastrar por las emociones,
sino que las observo desde lejos.
Sé que son efímeras y que pasarán,
como todo en este mundo.
No me aferro a lo material,
pues sé que es pasajero.
No me desespero por lo que no tengo,
sino que agradezco lo que tengo.
Sigo el camino del virtuoso,
no importa lo difícil que sea.
Sé que al final, la sabiduría y la fortaleza
me llevarán a la paz y el contentamiento.
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