Séneca
Extractos de Cartas a Lucilio.
Carta XIII. De la valentía que debe tener el sabio.
"No puede acudir al combate con mucho valor el atleta que no ha recibido jamás algún daño; en cambio, aquel que ha visto correr su propia sangre y ha sentido crujir sus dientes bajo el puñetazo; aquel que, caído en tierra, ha tenido que soportar el peso del adversario tendido encima de él, que ha sido derribado sin perder el coraje; aquel que cada vez que ha caído se ha alzado de nuevo con mayor pertinacia, éste desciende al combate animado de una esperanza inmensa".
"Lo que sí te recomiendo es que no te hagas desgraciado antes de tiempo, ya que tal vez no lleguen nunca aquellos males que has tenido por inminentes, y la realidad es que aún no han llegado. Hay cosas que nos angustian más de lo debido , y las hay que nos angustian sin absolutamente ninguna razón. O nos exageramos el dolor, o nos lo forjamos, o nos lo anticipamos".
"¡Cuántos males han caído sobre nosotros sin que los hayamos aguardado!¡Cuántos que eran esperados no han llegado jamás!¡Y aunque un mal deba venir, no veo por qué precisa que le salgamos al encuentro! Cuando haya llegado, bien presto te darás cuenta de ello; mientras, prométete cosas mejores .¿Qué ganarás con ello? Tiempo"
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